Los cuentos que nos contaron al querer estremecernos han sido mentira.
El hombre digno, honorable, no vive en castillos.
Ni lucha por él mismo.
La dignidad no se negocia,
Las convicciones no se intercambian.
Nos han mentido.
Y siguen mintiendole a nuestros niños.
Habrá que escribir cuentos nuevos para leerles.
Historias vivas, que muestren a todo a lo que nos hemos comprometido.
Que derroquen al sistema que nos envicia con imágenes vacías,
que olvida que nuestros niños siguen siendo niños
Con imaginación inigualable,
Con pureza intacta.
Nos están robando a nuestros niños.
Nos alejan de sus risas, de sus chillidos.
Ya no hay niños en la calle,
Las calles son canchas de guerra entre corrupción y pobreza.
Todo lo demás cae entre éstas.
Corrupción y pobreza.
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