Cuéntale al oído, que hemos sido botones de flores en otoño.
Que han azotado nuestro pétalos los vientos del invierno.
Y que la primavera le ha hecho justicia a lo hondo de nuestras raíces.
Cuéntale, que su voz ha sido el viento que acompaña las noches en las que tu aliento no alcanza a caer sobre mi espalda.
Que ya oímos sus pasos sobre las tejas de la casa.
Y que son sus risas las que hacen eco por la casa.
Cuéntale mi amor, que nos hemos hecho el uno para el otro.
Que en el camino me he hecho más mujer y más pagana.
Que te has hecho hombre sin dejar de ser niño.
Que hoy somos tan distintos,
que mañana seremos distintos.
Cuéntale con voz bajita, que nunca ha sido perfecto.
Que a veces la noche me llena los ojos de dudas.
Y que no alcanzan mis besos para regresarte de tus viajes por las lunas.
Cuéntale, que los rituales le dan valor a esta vida.
Que sus latidos ya son parte de nuestros rituales.
Cuéntale y cuéntame tus cuentos de media noche.
Los sueños que te despiertan y los que te mantienen soñador.
Cuéntale lo que le hacen las estrellas a las semillitas de girasol.
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