Quiero darte lo que se guardó entre los pliegues de mi espalda
Lo que dejaste ahí olvidado, desde el primer día.
Quisiera que sintieras lo profundo que se posa el sol sobre mi rostro.
Que entendieras que cuando digo cielo, es por que te quiero cielo.
Que no hay otro modo de alcanzar el vuelo.
Que no sea por cielo.
Y que tú,
Cielo
Eres la aurora.
Y yo el canto.
Y aquí
Entre suaves tonos
Entrego el alardeo de mis palabras
A ti,
Cielo.
Luz de gris melancolía
De ver al mundo hecho
Sin saber de qué.
Pero completo.
Con dos pies
Dos manos.
Te traigo pedazos de ideas muy mías
De ideas de un cielo
Ideas de ti
Cielo.
Y me convierto en la voz
Tú
El verbo.
Quisiera que sintieras mis sueños entre las sábanas
Que entendieras lo que sueño cuando sueño,
Cielo.
Cuando sueño cielo.
Que hay infinitos soles
Hechos risas
Tuyas
Mías.
Y sigues siendo dulce melancolía.
La miel que escurre de mis letras
Que salen tras nombrarte
Que salen al buscarte,
Cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario