martes, 3 de enero de 2023

Así se siente caer al inter de un diario.

Sigo pensando en él
Y se me llena el cuerpo de esta sensación angustiante
Se abre un vacío en mis adentro y solo puedo pensar en sus palabras
En su lengua acariciando la s de mi nombre
En mi mano sobre su pecho
Mis piernas sobre su cuello
Y su sonrisa preparándose a emprender el vuelo.

Me cuelgo de su cuello como enjambre. 
Aguardando el momento en que se marche
En que me pida no angustiarme

Sé que pienso demasiado
Que más vale cogernos de la mano
O seguir haciendo cartas sin destinatario
Y olvidar lo suave de su mano en mi mano

Cuánto me llenan las palabras
Cuánto me gusta su nombre entre mis labios


Convertidos en una palabra; ganas.

Quiero decirte que las hogueras alumbran mejor.
Que las palabras sinceras desarman la pluma de cualquier escritor.
Y que sin duda, hacer el amor es hacer del futuro un destino preciso 
Para yacer desnudos sobre una cama de deseos ardientes
Que se incineran al tacto
Y se consumen y vuelven a arder
Y traen la noche armada de valor, la que le ha hecho falta al día para extinguirse con esplendor.

Yo no cumplo con los textos sagrados, he rezado uno o dos padres nuestros.
Y más nada.
Me he consagrado a las palabras
Al alivio de pronunciarlas 
Al deseo de que se me suban por la garganta
Y aterricen con todas mis ganas.

Quiero susurrarte todo lo que se esconde detrás de estas ganas
Que mis palabras acaricien tus amores de fin de semana
Y al final regreses a escribirnos entre hojas sueltas a la orilla de nuestra cama
Quiero decirte que hay sinceridad en mis palabras
Que no hay precipicio más aterrador que el de tu beso a la orilla de mi espalda.