miércoles, 23 de diciembre de 2015

La víspera de la víspera de la angustia.

Nauseas,
Ganas de salir corriendo.
Ver mi silueta alejarse.
Caminar lento, hacia ella.
No poder alcanzarla.
Ella corre más de lo que yo pudiese correr.
Mi corazón se hunde cada segundo que me quedo aquí sentada. Cada segundo que no logro sacudir esta sensación de mi cuerpo, que se saciaría corriendo.
Sin mirar atrás.
Sin cargar una maleta.
Sin cargar con mi nombre.
A la mierda todo, todos estos sentimientos encontrados,
Todas las mentiras nauseabundas que mantienen la estructura de esta realidad.
A la mierda las canciones que no dicen nada.
A la mierda todo lo que no exprese la esencia del ser.
Te he encontrado, a ti. Me lees en estos momentos y sabes qué expresión tengo sobre el rostro.
Una expresión de rabia atorada en la garganta que provoca llanto, que me hincha los ojos, que me frunce el ceño y me aprieta los labios.
Aprieto los dientes, quizá por eso me duelen.
Quizá sean las muelas del juicio.
Quizá sea el peso de toda esa mierda que no logro sacudir de mis hombros.
Me sigues leyendo.
¿Por qué?
Te he encontrado a ti.
Cómo y cuándo no importa.
Te he encontrado.
Y cada pedazo de tu esencia se me ha impregnado. Tus guiños, tu sonrisa tonta, tu tonito de voz. Indudablemente tu poesía;
La que haces al andar, la que haces forjando porros, la que vas dejando en las mentes al hablar. Luces bello. Al lucir así, das ese sentimiento, esa sensación horrible de querer salir corriendo.
Desierto en el oasis, jamás al revés.
Bello e incomprensiblemente, perfectamente, ahí.
¿Para qué querría yo un desierto?
Qué perfecta belleza aquella.
La perfección de la singularidad.
La perfección de la pluralidad.
De no querer saber cuál.
Bello.
Tú.
Flor de desierto.
El frío de la noche.
El calor del día.
El flujo suave del viento.
El crujir de mis dientes.
La arena entre mis pechos.
De tu arena.
Desierto.
Sensaciones suaves.
Sin ganas de ir a ningún lado.
Ganas de extraviar el tiempo y correr entre tus valles.
Quitarle la máscara a tus noches,
Mezclarlas con las tardes.
Perder los extremos.
Dejar de saber cuál es cuál.
Difuminar esa sensación con el placer de no querer saber.
Deshacer los nudos que atormentan la paz de mi garganta.
Nauseas.
Vienen trepando por mi espalda. Saben como regresar,
Sacudirlas no basta, escribirlas no basta.
Escribirte no basta.
Duda.
Deseo.
Hombre.
Te escribo a ciegas, con los dedos sobre teclas, ojos sobre letras que van apareciendo cientos de segundos atrás de lo que voy sintiendo.
Te escribo y te escribo pasado.
Te escribo pensamientos y los sentimientos se disipan. Se deshacen entre letras que solo se teclean.
Y tu me sigues leyendo. Y yo te sigo escribiendo.
Y te escribo con rabia, con ganas,
Con ganas de darte todo lo que siento.
De entregartelo como regalo. Envolverlo en papel brillante.
Sin recibo.
No lo podrás regresar si no te queda como quisieses.
Me has leído. No hay marcha atrás.
Te he entregado pedazos de alma que no se pueden regresar intactos.
Saber que estás ahí, leyendo.
No hay marcha atrás.
Se que no hay tal singularidad,
No hay tal pluralidad.
Me mata,
Me llena de nauseas.
Me llena de ganas.
¡Cuántas ganas!
Te escribo
¡Como no voy a escribirte!
Mi sentir se desborda, cae por tu cintura, cae por tu sonrisa, tonta.
Cae por cada curva que no te he besado.
Cae por cada palabra tuya que me ha tocado.
Corro hacia ahí.
Hacia donde no quiero llegar, sólo imaginar.
Que basta con sentir entre mis pechos.
Como arena, como pedazos de tú.
Desierto.
Ahí no cargo con nada.
Ahí, te entrego todo.
Aquí. Como regalo.
Lector amado.
¡Desierto!
¡Ganas!

martes, 15 de diciembre de 2015

Alunado (2)


Hoy camino a casa, miré el cielo.
Escuché el aire correr por las hojas de los árboles, enormes, sobre mí. Me sentí viva.
Hoy había un millón de estrellas, ayer había solo una. Ayer había luna.
Ayer veía a la luna con gente a quien apenas conocí.
Hoy miraba el cielo y parecía que apenas hoy lo conocí. Jamás como hoy amé lo vasto de su infinito. Hoy conocí al cielo. Hoy lo amé como ayer amé a cada persona con quien reí.. Ayer entendí lo caótico de las relaciones humanas. Lo difícil de entenderse a pesar de hablar el mismo idioma. Que los gestos son más que cuestiones físicas, que los abrazos agradan tanto que incomodan. Y apenas ayer la luna se había escondido de mi. Se había alejado como yo de este mundo. Se había perdido entre el sinsentido. Él tampoco la vio. No había tiempo de mirar al cielo. Introspectiva. Un sillón, un porro y mucha risa. Yo ahí, quizá en otra vida. Yo aquí, buscando entre el cielo a una luna. Mi cabello con olor a humo. Humo que apenas anoche la cobijaba. Me ha abandonado. A dónde ha ido mi luna?

Se ha perdido entre las estrellas, se ha sentido deslumbrada por ellas. Ha querido dormir conmigo y sin lograrlo ha soñado despierta. Yo no duermo a su lado esta noche. No por falta de ganas. Me he atorado entre cuestiones más graves. Mortales. He olvidado la falta de sueño, me he comido hasta odiar hacerlo. Introspectiva. Exceso. He caído hondamente en excesos. Cavando pozos para salir de charcos. Y ellos, todos ellos, ciegos, sin pensarlo se han convertido en eso. Felizmente infelices. No se han sacudido el ego, yo me he vuelto a cobijar con él. Me ha quedado grande, resbala de mi espalda pero vuelvo a montarlo. Ahí sé que monta guardia. También la busca. Ella, bella. Huye como quien huye de un asesino, se cobija entre estrellas, se enreda entre el humo, renuente a ser vista por ojos débiles. Cautivados por bellezas de plástico y cartón. Ojos que no admiran su danza por el cielo, que no se percatan de los días en que ella ha abandonado su recinto. Luna bella. Hoy no he vuelto a ser digno de verte danzar por las nubes, entre estrellas. Pero he sentido y eso ha sacudido enormemente a mi ego. He visto las sombras de ayer, te he visto, silueta tenue entre un cielo vasto. Belleza radiante acompañada de sentires demasiado placenteros para palabras. He aquí haciendo homenaje a la vida. Ubicada al pie de tu ventana. Tu trono donde los mortales nos asomamos por si acaso esta noche aparecerás, entera. En fase. Dejando abierto un resquicio por dónde admirarte. Luna, bella. Me has descubierto sonriendo.te

sábado, 5 de diciembre de 2015

Fanaticism.

I expell the demons from my closet.
Take two bullets to the head.
-The bullets are my wife´s eternal mourne.
-The head, that you can decide.
I don´t worship an invisible God.
Nature´s whom I venerate,
And I will not ask her to break her laws.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Égloga.



"...De su piel despojado entre el añejo vino, en vaso hermoso,
Te serviré el melocotón sabroso,
Que después de cortado,
Sangre derrama en su color dorado
     Desnuda y sin camisa,
Bien que casta, nadante en linfa pura,
A tomar de tus labios su dulzura,
Vendrá la almendra lisa,
Con blando orgullo derramando risa..."
-Pedro Soto de Rojas...

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Cliché not so cliché. Seize the day.

Forever.
I feel like I´ve been here that long.
As if nothing had come before or after.
As if time in it´s purest form had wraped me in it and was now insisting I not abaondon the refuge she had granted me.
Time.
It really had nothing to do with her.
She flies right past you and barely raises her sight to see anyone.
For she is everywhere and nowhere at once.
It´s you, who insists on coming, who feels obliged to let her gnaw at your flesh.
Your mortal flesh.
No less, no more than her mourne, for eternity has the habbit of making you want her.
Mourne and all.
Flesh and all.
As for me... I´m stuck
Never too brave to let go, never too stubborn to hold on.
I cut at my thoughts as if that would kill and bury them.
Then I write them down.
Then I let you know, then I let myself know.
Time has nothing to do with it.
She is far, in a plane where she knows not of her existance.
Where her existance is oblivious to anyone who is actually alive.
To anyone who lives by her side, nor behind, nor before her.
Who dares take her by the hand,
After realizing one can not challenge her
One can only live.

viernes, 27 de noviembre de 2015

 Arte de Raphael Kirchner.



Princesa.
De cuerpo inmaculado, nunca desnudo. Siempre adornado, siempre lujoso.
Su cuerpo blanco,
como flores débilmente rosadas,
es alumbrado por la presencia de la luna, virgen.
Asesina.
Cómplices diosa y princesa en una noche que dura sólo lo que debe durar.
Y la sangre corre por los pisos y el entusiasmo se escuda en palabras. Su voz se impregna entre su piel, desvistiéndole de cualquier otra pregunta. Una sola cruza su mente, una sola resuena tan fuerte como aquella voz.
Pues no es de sabios encontrar significado en todo lo que uno ve. Como las manchas de sangre sobre tela, que parecen tanto al rojo de aquellas rosas que adornaban la cabeza del tirano. O sería quizá al revés?
O sería quizá que la vida sin terror, sin perversión no sería.
O que Salomé sin pasión no sería mujer.
 

lunes, 16 de noviembre de 2015

De género.. Degenerado.

Caliente el beso que se escurre por las esquinas de mis labios.
Caliente como su aliento, que hoy llega desde la lejanía de mis recuerdos,
que hace echo entre mis pensamientos cada vez que la pienso.
Que está ahí... aunque ella no se aparezca.
Su aliento y ella, enemigos irreconciliables en mis deseos.
Le deseo tanto, que no me importaría tener sólo su aliento.
Me llena de rabia decirlo por que nunca he tenido más que su aliento. Y la rabia pronto se disipa cuando caigo en cuenta de lo grande que es poder decir siquiera eso.
Me ha compartido el aire con el que se mantiene viva.
Comparte aire con el mundo, pero yo, yo compartí su aliento.
Aquel que la mantiene viva.
En noches como esta, la humedad de la lluvia se pegaba a nuestra piel. Las pocas noches que logré sentir su aliento lograron cambiarme, disiparon aquello que a mí me mantenía,
Y luego ella.
Bella. Dormida entre un cielo sin estrellas. Que a falta de destellos, le entregaba lo harmonioso de la lluvia para arrullar su sueño.
Ella.
Tan misterio, tan perfecta.
Su aliento en mis oídos como melodía eterna. En mi piel, como calor que acompaña hasta en tormenta. Aliento que da vida.
Y en esa noche, que recuerdo como noche de novela, le desperté. Para saber, solo quería saber, si era ella fuente de eso que me llenaba. Cambiando las voces de mi mente con aliento nuevo, con besos que ya no querían ser beso. Rebeldes ante las circunstancias, rebeldes por arrojarse de mis labios y escapar antes de ser entregados. Uno a uno se me escapan. Uno a uno buscan voces o palabras. Para dar aliento a otras vidas. Para re zumbar unos segundos o una eternidad. Para ser aliento
Y luego ella.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Ay.
Hay veces en que es la única palabra que expresa lo que quisiese.
¡Ay!
Porque ay, cuántos lugares hay a dónde ir.
Pero poca convicción para llegar a ellos.
Porque ¡Ay! ¡Hay dolor!
Porque no hay nada más delicioso que sentir, que arder.
Que quererse arrancar la propia piel, comérsela y regurgitar.
Por que ninguna piel es tan deliciosa como parece.
Ninguna cantidad de deseo quita el sabor metálico de la sangre.
El sabor caliente, seco de la carne.
Ay.
Cómo lastima sabernos mortales.
Sabernos siempre en un limbo que no pretende dejarnos bajar.
¿Y si descendemos?
Y sí, descendemos.
¡Ay!
Ahí, dónde no hay necesidad de más.
Donde nadar contracorriente es insignificante, pues no hay corriente.
Hay supuestos.
Y tú, intoxicado de tanta carne, no pretendes seguir supuestos.
Tú te filtras entre el agua y el aire.
Indiferente ante ambos.
Pues no tienes vendas de palabras.
¡Ay!

lunes, 9 de noviembre de 2015

Yet comfortably lost.

Trouble is I´m not sure where I´m going. Not sure how I ended up so in the middle.
Man and his eternal tragedy.
Never here, never there.
My personal tragedy comes after discovering this.
Understanding the essence of my own tragedy and not being able to let go.
Not being able to end or even change it.
I live dreading this limbo.
The feeling of uncertanty is... I believe... the only reason of fearing death.
The only reason of enjoying life -at that-
It is our essence.
What troubled lives we must live.
How fragile is the stitching of this reality we have tried to put together. Based on certanties only we could believe are certain. Certanties that can be torn apart at the slightest quiver, at the slightest miscalculation.
Realizing all these uncertanties scares the hell out of me
It tears at my skin, and bleeds eternally. Cause flesh is the only thing that heals,
thoughts, on the other hand... eat away at you untill it´s you that´s gone.
And there you lay... hollowed.
On the brink of madness.
Questioning the words you speak, the floor you walk.
Certanties are just a habbit. Nor good nor bad.
Certanties tie a reality brick to your feet. To keep you from drifting. And in its attempts to grant you that freedom, to free you of that burden of emptiness, it chains you down.
It makes you think there is only one way to go. It gives you the right/wrong ilussion. This world is built on certanties... therefor I no longer belong to it.

sábado, 31 de octubre de 2015

Un tranvía llamado deseo.

Mujeres arrojadas hacia la necesidad de la pasión de un amor eterno.
Muertas mil veces; asesinadas por poco menos que un beso apresurado.
¿La edad?
¿Pudor?
El toque sensual del hombre bárbaro.
Su simulada superioridad.
Mujeres y hombres por igual, sufridos.
Sufriendo entres los brazos del otro.
Un tranvía llamado deseo.

miércoles, 21 de octubre de 2015

lunes, 19 de octubre de 2015

Solo fragmentos

Nada como ver la cara de aquellos llenos, inundados en pensamiento
Que no miran nada a su alrededor, que caminan como en automático, sumados en sus preocupaciones o en sus anhelos que no se han logrado, o al menos no como quisiesen.
Sobra decir que la felicidad no se mide en logros, tal como la historia no se mide en causa/efecto, ni en relatos.
Mi historia se mide en caras desconocidas, en versos escritos, en cuentos perdidos, y tú.
Sí, tú.
Tú todo, pues hablar de ti como hombre, como voz, como duelo, te fragmenta y te hace algo que no eres. Algo que yo no pretendo. Quisiese plasmarte aquí como un todo. Sin presente ni pasado. Sin acentos, ni puntos finales. Ni prolongarte entre comas.
Te quiero tú. Te quiero tu.
Te quiero lejos o cercano pero en verso, en beso o lo que sea que me de un tú completo.

jueves, 8 de octubre de 2015

Chiquitirri

El tiempo ha muerto.
Para dar vida.
Para sembrar sabiduría.
Mi tiempo ha muerto, ha dejado de latir su corazón.
Han dejado de verme sus ojos, sus oídos sordos a mi llanto.
Ha muerto como morimos todos y ha dado paso al duelo.
Para dar ojos húmedos con los cuales observar la borrosa realidad.
Para reflexionar sobre los sueños, las expectativas de vida de cada cual.
Él; mi tiempo nuestro tiempo, se ha fundido con cada recuerdo, cada lenguetazo, cada "patita"...
Él; mi Kauitl ha muerto.

domingo, 4 de octubre de 2015

Pornografía mental

¿Cómo puedo desnudarme de complejos?
¿Cómo puedo yo introducirme en tus pensamientos así, desnuda?
Cómo hacer para transmitir un poco de lo mucho que quisiera decir, y si acaso eso es mucho pedir me conformo con escribirlo. Pero no.
No escribo como quisiera, no se materializan mis sentidos en estas palabras que no te llegarán como quisiese que llegaran. Desnudas.
Quiero introducirme así entre tus sabanas, las que he mojado cientos de veces en mi mente con oleadas de insomnio. Y ahí, pegadas mis palabras desnudas con tu cuerpo desnudo, fundirnos entre sentires que no llegarían a fundirse de ninguna otra manera.
Por que prefiero caminar desnuda por el mundo, con miradas grotescas, morbosas que caminar como mojigata, cubriendo mis pensamientos por temor a que sean violados.
Entonces... por qué sigo aquí, vestida de complejos, atormentada por voces que no dicen más que lo que deben decir y no aquello que quisieran.
¿Cómo puedo yo huir de aquí, de estas palabras que me aprisionan con sentidos que no son los que yo quiero dar a sentir?
Las preguntas que rondan mi mente noche y día, día y noche, hasta que ya no hubo diferencia entre ellas. Hasta que la realidad se fue fundiendo con los sueños y los sueños con las alucinaciones que da la falta de una realidad. Hasta que las preguntas ya no fueron preguntas sino respuestas sin sentido por que el sentido fue irrelevante para estar en paz.
Heme aquí. Desnudándome de apoco entre este espacio virtual, tan virtual como tu mano derecha, tan virtual como tu último pensamiento. Desnudándome acomplejada,... desnudándome por deber. ¿No somos entonces prisioneros de nosotros mismos, de nuestros deseos? De nuestras ganas de ser lo que quisiésemos ser pero no somos. Que quisiésemos dar pero no podemos dar más de lo que debemos. Deber; el primer enemigo de la libertad y el primer amigo de la mente infantil que va buscando cómo ir por la vida si quiere sobrevivir.
Y entonces... somos arrojados a este mundo, arrojados completamente desnudos y nos vamos cubriendo de apoco como caparazón, como tortuga, para salir por fin al mundo. Para triunfar, para cruzar el océano que nos aterrizará nuevamente a esa misma playa dónde fuimos robados de nuestra perfecta desnudez, para reproducir el ciclo y arrojar más desnudos a este mundo. Que al igual que tú, se vestirán por deber. Se llenarán de deber y vomitarán deberes hasta que no quede nada que vomitar. Y después de eso... realidad. O falta dé... no sé. Sigo vestida... semi-desnuda. Entre aquí y allá. Nunca aquí, nunca allá.

jueves, 1 de octubre de 2015

Hoy fue un día soleado.

Hoy puedo ver la luz del sol entrar por mi ventana...
 Y nada más.
Hoy no pude ver el cielo azul, tampoco me interesó saber si los pájaros cantaban. Si mi perro no había venido a lamerme la cara desde temprano, como todos los días.
Hoy entró la luz por mi ventana. Ese solo hecho arruinó cualquier hecho que pudiese venir después. Mi ventana, violada por la estrella irradiada que cuesta tanto ver de frente. No se puede más que verla de reojo, celosos de su belleza deslumbrante.
Valiente aquel que logra verle de frente.
Valiente aquel que ve algo más que esa belleza entrar por su ventana. Que logra desafanarse de esas grandes simplicidades de la vida. Aquel que sigue con su vida, como si no se desmoronara con la sola briza de su aliento, caliente sobre la espalda de la mañana.
Valiente aquel que sobrevive a la tortura de mil cosas en la cabeza, que no interesan pero que pesan ¡cuanto pesan!.
Hoy no pude levantar un solo dedo, no pude hacerme de la vista gorda, no pude pararme de la cama y hacer como si me importara qué vestido quedaría bien con el clima de esta bonita mañana. Hoy solamente pude admirar el sol por mi ventana, desenterrar de entre mi vocabulario qué palabras acomodar para describir esta obra de teatro perfectamente orquestada por el titubeo de los destellos sobre el vidrio medio chasqueado. Hermosos minutos que pasaron admirando tal belleza. Perfectos para describir el día entero. Resumirlo en un par de minutos, el resto, ¿qué interesa? El resto es mero protocolo, el teatro de la vida mediocremente orquestado por trivialidades que nos hacen menos sol por la mañana, menos noche a luz de luna, menos todo y más nada.
Y nada más.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Búsqueda.

Quisiera poder escribirte nuevamente, como solía hacerlo. Como un loco enfurecido por la nostalgia de pensarte, de besar tus dulces piernas, de lamerlas con palabras húmedas y con consistencia de lengua. Rasposas, suaves, gruesas o quizá un poco más suaves que cualquier otra cosa. La suavidad con la que entregaba mi alma a tus pies. Esa, es la única que conozco, pues mi vida se rige precisamente por la falta de ella. Mi vida ha sido lo opuesto y por ello atesoro cualquier muestra de delicadeza, como la tuya, cuando te mojas, cuando te humedeces los labios con mi boca. Cuando tus susurros se convierten en gritos, fuertes y delicados, con los que me acaricias mejor que con cualquiera de tus dos manos. Tus labios, fuente de deseos, de devociones fuente de las palabras que como erudito guardo bajo el brazo o en alguno de los miles de escritos fallidos. Olvidados sobre las teclas engrasadas por mis manos, nerviosas de pensarte cerca.  No de mí, sino de ellas. Quienes te guardan el mismo respeto que yo le guardo a tus palabras. Palabras firmes, soberbias, que me embriagan de mundo; de la vomitada realidad de una flaca bulímica que nunca supo qué es amar. Me queman en el alma, que abandoné a tus pies, por no poder darle eso. Permanece ahí mientras siga habiendo qué aprender de ti. De ese mundo que denuncias, al que evidencias con gracia y fatuidad. Ese mundo en el que yo vivo, el cual tú hace mucho dejaste atrás. Harta de revolcarte en la falta de eso, que yo aún no sé cómo explicar.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Señora libertad

No miran más tus ojos alegres.
Mi vida hoy da giros a todas partes.
Gira hacia destinos que nunca imaginé tocar.
Gira alrededor de vidas acorraladas, de palabras que se atoran a media garganta
Mi llanto es continuo, fluye de la mano de mis sentimientos que van y vienen
Que se deshacen y se maquillan al recordarte
Tú que has muerto tantas veces, en tantos siglos, en tantas vidas; que nunca has  logrado ser callada.
Pero que has llorado, que hoy lloras.

sábado, 4 de julio de 2015

Oda a Nuevo Morelos.

Como el calor que agobia a media tarde, tú en un charco de tu propia transpiración.
Con caras conocidas pero (sin historia) sin principio ni fin.
No van hacia ninguna parte que tu conoscas.
Los ves, se mueven, hablan. Con movimientos torpes y murmullos sin sentido.
Todos van y nadie está.
Compran colores que simulan felicidad.
Que reemplazan la satisfacción de poder estar, de saber estar.
Y tú. Semidesnudo. Simulando estar completamente vestido. Con dos prendas puestas sobre un cuerpo vacío. Vomitando sentires que no saben llegar si no por medio de palabras que se atoran siempre al llegar a media garganta.
Y tú. Renuente a tragarlas. Estas aquí, rodeado de páginas recicladas.
Por fin estás aquí.
Agusto, acogido.
Estás aquí, admirando tus poros. Su capacidad de respirar
Admirando el momento sin separarlo de tí.

domingo, 3 de mayo de 2015

Traerá siquiera a la luna

El sol, sin pena llega. Carga de luz la obscuridad, sin miedo a equivocarse.
Su única voz, su luz
Que no necesita afirmación alguna
Que es por que es,
Que está demás preguntar porqué.
En cambio su amada, su astro lunar, llega de apoco, sin hacer mucho ruido.
Nunca alza la voz, harmoniosa, se desliza entre la obscuridad
Hasta el punto más alto, el más obscuro
Ahí a vista de su amado, astro solar
Ahí irradiada de la voz inequivoca
Ahí, se muestra bella, desafiante
Esperanza de viajeros, entre sus multiples siluetas
Anhelo de poetas, en el solemne intercambio entre dos eternos enamorados.
Complemento, indudablemente hechos para amarse.
Se aman libres, sin secretos.
No son luna ni sol
No son
Son en cuanto existe el otro
Que sin luz no se comprendería la obscuridad
Y sin ella, nuestro bello astro lunar dudaría del amor, de la convicción, de la veracidad de la voz de su amado
Que no necesita afirmación alguna
Que es por que es
Que está demás preguntar porqué.
Ella tranquila
Nunca alza la voz
Se desliza noche a noche entre la obscuridad
Llena solo de fe
Menguando solo de amor

martes, 28 de abril de 2015

...

Lloro. Verás, es la forma de hacerte homenaje. La única.
Hoy lleno la hoja de preguntas que van dirigidas hacia tus circunstancias. Qué más da lo que tú puedas contestarme desde tus “sentimientos” o desde tu “razón”.  Nada más claro que las circunstancias que te hicieron ir hacia donde yo no pude, o no quise seguir. 

martes, 7 de abril de 2015

... Ni uno más

Pensar en lo negativo del mundo, en la falta de libertad en el momento histórico en el que se profesa "mayor libertad" que hace 100, 300 años, me siento un ser alienado. Extranjero en este globo terrestre que no deja de girar. ¿Qué va de los miles de periodistas asesinados y enjuiciados por gritar verdades que lastiman el orgullo de los personajes más renombrados del medio? ¿Qué va de nosotros que dejamos que esto suceda, que creemos en los spots mediáticos que justifican el encarcelamiento de hackers, de periodistas, de estudiantes, de maestros, de campesinos; todos defensores de NUESTROS derechos. Mientras nosotros nos sentamos tras una computadora a escribir, como escribo ahora. A difundir y des-acentuar nuestro enojo sobre teclas desgastadas.

¿Te molesta? ¿Me molesta?

La percepción que tengo de la vida es indiferente a quien sea que logre leer estas páginas. Si merodeo entre el sinsentido de la vida con un placer mórbido, si aleteo entre la fe y la falta de, o si camino por la vida con la certeza de que estoy aquí "por alguna razón".
Ninguna es válida y sin embargo todas lo son. Todas han pasado por mi mente. Lo admito, soy una optimista irremediable que sabe que la vida es gris, que ella misma es gris, pero que desea con toda sus fuerzas que no sea así. Optimista, contradictoria... violo mis pensamientos con deseos utópicos. Violo mi juicio con fe. Y dejo caer sobre el mundo mis pestañas mojadas, cuando todo parece ir de bajada. Soy optimista, sentimental donde no existe ya el sentimiento, donde la fe no tiene cabida, donde ni yo misma la concibo. Mis actos son vanos, falsos, fingidos. Yo misma me sumo en un estado de indiferencia al saberme entre todo y parada sobre la nada; "cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío". La vida está y francamente creo que está de más cuestionar su realidad, su relevancia, su intención; la vida está. Y en cuanto está, estás, y en cuanto estás, estoy.

viernes, 27 de marzo de 2015

Y así...

Nunca me han complacido las respuestas caprichosas que le suelen dar a aquellos con preguntas que les queman la lengua.
Respuestas infértiles que solo agotan el pobre vocabulario que se tiene.
Que al igual, agotan la sed de verdades.
Estas se vuelven tímidas, seguras.
Pisos firmes sobre cual pisar, cuando no se tiene por dónde andar.
Cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío.

lunes, 16 de marzo de 2015

Me aviento de frente al tiempo... pierdo... pero, para mi mala suerte, no muero.

Muero lento, más lento que nunca. Desde el día que vi que perdieron el brillo mis ojos desde el reflejo en los tuyos. No hay mucho que pueda decir, no sea que mis palabras escurran de entre mis labios como lluvia que va río abajo, sin propósito pero con cause. Hay palabras que no valen ser pronunciadas, otras en cambio arrebatan su honor a quien esté dispuesto a cuestionarles.
Tu amor me envuelve, me llena, me da luz y voz.
Y con tu presencia perdida de vista, con mi corazón entregado de regreso de donde lo dispuse a ser guardado, muero lento.

Partidas.

En cualquier otro momento habría escrito un millón de cosas maravillosas. Hoy escribo solamente las más maravillosas, a su lado. Hoy que se han ido, que se borran de a poco como pudiese borrarse cualquier cosa escrita sobre la arena.
Lloro.
Y sonrío también.
La noche, como las últimas noches se ha convertido en insomnio. Parecen lejanas las noches sumergidas entre su pecho, guardada del frío que existe en cualquier lugar que no sea aquí, ahí... entre su pecho.
Lloro.
Sin duda sonrío también.
Cuestiono la voz que sale de entre mis labios. Parece ajena. Y su voz, perfecta, se posa sobre mis recuerdos, paseándose por las preguntas que duelen y titubeando por las respuestas que nunca se lograron dar. Hay voces para cada recuerdo, cada beso, cada caminata, cada cena, cada momento de placer.
Lloro.
Y sonrío también.
Sin duda es una sonrisa muy grande, a la que le llueven las lágrimas que sienten la obligación de ir de su mano.

martes, 10 de marzo de 2015

Para no pelearte esta noche, me desnudé acomodándome entre los cojines. Teniendo especial precaución de no tocarte de más, que tu ausencia es frágil y mis manos, mi amor, pesan. 

viernes, 6 de marzo de 2015

Lloro en silencio, sin lágrimas. Mi pena es la misma. Y realmente no es mía. Es del agua y de las risas que no se han podido unir. Que han llorado, se han secado pero no dejan de fluir. Le falta dueño, viene y se va. Gitana.

domingo, 1 de marzo de 2015

En el cerro de la serpiente...

Hay días en los que la vida parece pasar con olor a rosa.
Hoy no es uno de esos días.
Hoy huele a flor de muerto.


miércoles, 25 de febrero de 2015

Realidad(es)...

Camino entre las palabras que dejaste atrás. De las que ya no te acuerdas pero que en mi trazan un camino que no camino a paso firme. Tambaleo entre el, cayendo a veces. Abro paso por los senderos que parecían intransitables, por caminos que recorrí quizá en sueños, que al despertar olvidé solo para sumergirme en nuevos, irrecordables.

 El recuerdo parece ser lo único real. El recuerdo de tus palabras, que pude tocar solo al momento en el que resbalaron de tus labios; hacia el olvido. Rescatadas entre mis manos ardientes, fervientes de fe. La misma que crea la realidad del recuerdo. La fe que tengo se me aparece borrosa, se desliza entre mis manos y no la puedo sujetar con la fuerza que quisiera, o que debiera. Mis manos no son las mismas, mi fe al igual que ellas se han arrugado entre la duda que da el placer del tiempo. Argumentaría las veces incontables que te he sostenido entre mis brazos, como reales; sin querer tener la razón. Entraría entre tu voz y colmaría el éxtasis que produce posarse sobre cada sílaba. Argumentaría lo que fuera necesario, aun sabiendo mis argumentos inútiles. 

martes, 24 de febrero de 2015

A falta de palabras...


Te mando besos. Que no te puedo dar. Que quizá no quiera darte. Besos que queman los labios y no saben a lo que deberían de saber. Verás, no son besos los que te mando, son ganas de acariciarte los labios. Ganas de alejarte el cabello de la frente y mirarla entre la sombra en la que te envuelve tu cabello. Te envío ganas. Las ganas que me sobran pero no se cómo lograrla. Se deshace entre mis palabras que no dicen más que lo estrictamente necesario. Que desaciertan y se mal logran con títulos tristes de media noche.
Más de una vez me ha despertado el olor de tu voz en mis manos. Y ahí justo en el momento de tocar lo que nunca se toca, lo que limitado por sentidos creados se prohíbe tocar. O bueno, no se prohíbe, simplemente no se piensa, no se considera. No se puede desear sin lujuria. No se cuestiona siquiera el sentimiento que no encaje en una categoría. Tu no encajas en ninguna. Eres desdicha y eres coraje. Y al recontar lo que creo que eres, resulta que no encajas en ninguna palabra. 
Tu voz acaricia mis propias palabras. Juegan y se acuestan para contarse a carcajadas lo que no se puede contar de ninguna otra manera. Ganas. Lo único que se me ocurre. Ganas de dejar de encasillarte. Ganas de no hablarte y solo mirarte en silencio. No puedo explicarte. No necesitas ser explicado. Te mando los besos que no puedo darte, los que quizá no quiera darte. pero que te doy a falta de otra cosa con la cual hacerte saber que me haces sentir lo que no se siente. 
Tu voz me acaricia y tus caricias me sientan bien. Me quitan el aliento y me regresan a la imagen de tu voz. Y como te darás cuenta, me fascina tu voz, me intriga, me da gusto; me llueve de tu presencia. Así como gotas que tienen cada una su trayecto pero caen y se engloban como una, como una lluvia que moja. Tu voz me llueve de tu boca, de tus mejillas enrojecidas. 
Me aterra no poder verte como una sola cosa, como un solo ser. me confunde saberte tan disperso, tan tu, tan ajeno. Tan ganas. Sin beso, sin palabras. Solo ganas. 

Vida

Los suelos que nadie ve, los que están omnipresentes incluso en la más poblada, asfaltada ciudad.
Los suelos verdes, áridos. No hay más.
Tengo mucho en la cabeza. Mucha mierda que no debiese ocupar tanto espacio, menos tanta preocupación.
La vida sigue, no para para que te ajustes el pantalón o te abroches las agujetas.
La vida no frena, aún si colapsas de frente con ella. Te lanza o te atropella y ella sigue, tranquila. Y si tienes suerte te atropellará unas mil veces más. Con toda la fuerza de su motricidad, con toda la fe y la convicción que a ti te faltó. Que te sigue faltando.
Con más suerte aún, según tú, alguien te quitará del camino, te hará a un lado; como carroña sobre el asfalto. Y ahí, con toda la gracia que da la naturaleza, te pudrirás lento. Con uno que otro hueso expuesto, a las larvas y al tiempo.

viernes, 6 de febrero de 2015

Amargo

Amargos son los momentos que pienso en ti.
En la esencia que dejan tus dedos sobre mi piel, en el sonido callado que viene de entre tus labios.
Amargo.
¿porqué?
Si has cambiado mi suerte, la has hecho caber entre versos que jamás hubieran tocado el papel.
Y ahí, tú.
Tan igual y tan cambiante.
Suerte he tenido de encontrar la desdicha de morir por tus labios, de sangrar por tu pecho.
Pero me dueles.
Me asfixia tu cuerpo.
Me devora entera el fuego de tu mirada que cuenta cuentos infinitos, antes de poder conciliar el sueño.
Eres la voz que no pude tocar.
Dulce verso que no pudo escapar de mi mente, no supo cómo saltar.
Amargo.
¿porqué?
Si yo mismo he hablado de la dulzura, de la dicha.
Verás, no hay palabra que sea equiparable al sabor de boca que queda después de enfrentarme ante la pérdida de voz.
Si.
Voz.
Pues tu voz se ha perdido con la mía.
La ha llevado hacia el precipicio del cual siempre mantuvo distancia.
Por miedo a perderse.
Yo, ahí.
Perdida.
En el mismo lugar.
Nunca otro.
Amargo.

lunes, 26 de enero de 2015


Hoy no hay placer. Es inconcebible.
No hay placeres que valgan. No hay placer que llene el vacío de no saber a donde ir. No existe terapia que logre reanudar sentires, no la hay. 
Existen soluciones artificiales que venden el paraíso a quien esté dispuesto a comprar. A quien se encuentra indispuesto a crear. 
No hay placeres que causen dolor profundo, como aquel de las angustias más cercanas a la felicidad. No hay placer que llene el vacío de no saber qué es la felicidad. 
Hay besos como hay flores, abundan, se encuentran por doquier, se regalan, se venden por doquier. Las más valiosas son aquellas que son compradas en tiendas, de plaza, de esquina. 

No hay placeres que coman más de lo habitual, sin engordar, sin dar de qué desear. No hay placer que evite engordar. 
De soberbia, de egolatría. Se crean vicios intransigentes. Que no quieren más, que nunca piden más. Sin embargo hay quienes están dispuestos a dar más. Quienes no cuestionan la cifra, real ... imaginaria. 

miércoles, 21 de enero de 2015



Hoy más que ayer te cargo en mi consciencia, con la misma preocupación de siempre.

domingo, 18 de enero de 2015

Quizá podría decirte cosas de belleza pura, estéticas, pulcras
Yo prefiero hacerlo desordenado
Desnudarme de estructuras,
acariciarte suave entre palabras
Que están ahí
libres a ser interpretadas,
propensas a ser violadas.
Por él,
por ella
Cualquiera
Cualquiera puede tocarlas,
sin saber que han estado,
que fueron
Y hoy solo se han resignado
a ser sin ser interrumpidas
Sin poder interrumpirse a ellas mismas
Palabra desnuda
Desvirtuada

sábado, 17 de enero de 2015

Princesa.

Hay preguntas que no precisan respuesta. Que ni siquiera la buscan. Que no van de la mano con certezas. Yo hoy me siento frente a ti, querida, con la hoja en blanco. Con el alma llena de recuerdos y con las preguntas desbordándose de entre las costuras que, mal remachadas, intentan contener los ánimos de las respuestas arrinconadas. Te pienso así como te recuerdo, de ojos tristes y de ánimos muy alegres, no puedo evitar que se llenen mis ojos de lágrimas. Recordarte. Así como te conocí. De ojos tristes y de ánimos alegres.

jueves, 8 de enero de 2015

Hojas olvidadas...

Could you tell me the exact moment when you found out you were mad, when everything around you made no sense anymore? And the answers just spat out more questions. Could you remember the lies you lived by? And still live by because they´re just too deeply carved into your skin and burnt into your soul to forget. You are who you are because of these lies you hate. You live by a code that wasn´t handmade for you, in a life that became just one more.

Am I as mad as you? Or have I just regained the knowledge that was snatched from me at birth? Have you done the same? Or have we just coincidently found each other, too mad and fucked to know the difference between your shadow and my reflection?

You would see I´m a little saner than you if you looked me in the eye, if you could only bear to do so you would see it.  I´m thirteen years too late and you still open the door. Could you answer me why? I don´t really need to be here, I just thought it would be a nice gesture to drop by to see your tattered skin; your gorgeous eyes.  Make my way back home through those milky eyes.

But I can´t leave now I´m too high on the smoke that seeps from your skin, soaked in tobacco petals and opium seeds. Feeding the smell that dwells upon your sex, is your sweet and sour hormones that attack anyone willing to come close. I can smell you all too well, and those scents don’t leave questions in the air. They answer every single one I´ve had since I can remember. And you, indifferent, insane don´t give a damn.

I´ve fucked around with your presence so many times, but your presence lacks your taste, your tongue, it lacks everything but orgasms, it lacks your fire lit chest.  I´m going around in circles. Licking everything around; smelling every rose in town; and it´s just one I haven´t found, the one I´m crazy for.  Could you deliver me, lay me down on the front step, before her door? I´d take a number, I swear. But there is no number. There is no door. There are no roses, no reflection, and as you were imagining, I´m already home. 

viernes, 2 de enero de 2015

La soledad desde mí.


Sufro de a poco... la idea de la soledad. 
La sufro desde que sentí su peso que no deja respirar, que asfixia como cuando vas nadando más y más profundo hasta que ya no se siente más que presión, y extrañamente tranquilidad. Es confuso. Es como si supieras que no queda más que nadar de regreso a la superficie, pero parece tan difícil... tan innecesario. Preferirías quedarte ahí en medio de toda esa tranquilidad agobiante, pero sabes que no puedes o más bien no debes si lo que quieres es sobrevivir. Sobrevivir se convierte en la necesidad, rebasa los limites del deseo o de lo ideal. Sobrevivir la soledad es lo que, creo,  nos vuelve seres sociales; lo que impide que nos aislemos y creamos que podemos sobrevivir solos. La soledad ha unido a los seres humanos desde tiempos remotos y nos sigue uniendo hasta el día de hoy. La soledad es la razón, la relaciones, el pretexto, el medio. Sufro, sufro saberme inmersa en la falsedad de lo que quiero. Me siento ajena a mi misma, me siento agobiada por la necesidad de no-estar sola. Ese sentir se multiplica cuando me encuentro irremediablemente abandonada por las relaciones que creí construir. Aquellas que me mantenían acompañada en ese sendero interminable de la soledad. Aquellas que desde mi sentir, eran como aliarse con ella, aliarse y así triunfar sobre ella. Me encuentro hartada de saberme derrotada, de saberla a ella siempre triunfante. Hoy estoy nadando más y más profundo, creyendo cada vez más que no es necesario nadar de regreso, que es necesario nadar contra ese instinto de supervivencia que tanto agobia al alma. 


*La soledad es un tema que nadie toca, del que nadie gusta hablar como una platica cotidiana y amena... me gustaría saber lo que alguien más cree de la soledad.