martes, 24 de febrero de 2015

A falta de palabras...


Te mando besos. Que no te puedo dar. Que quizá no quiera darte. Besos que queman los labios y no saben a lo que deberían de saber. Verás, no son besos los que te mando, son ganas de acariciarte los labios. Ganas de alejarte el cabello de la frente y mirarla entre la sombra en la que te envuelve tu cabello. Te envío ganas. Las ganas que me sobran pero no se cómo lograrla. Se deshace entre mis palabras que no dicen más que lo estrictamente necesario. Que desaciertan y se mal logran con títulos tristes de media noche.
Más de una vez me ha despertado el olor de tu voz en mis manos. Y ahí justo en el momento de tocar lo que nunca se toca, lo que limitado por sentidos creados se prohíbe tocar. O bueno, no se prohíbe, simplemente no se piensa, no se considera. No se puede desear sin lujuria. No se cuestiona siquiera el sentimiento que no encaje en una categoría. Tu no encajas en ninguna. Eres desdicha y eres coraje. Y al recontar lo que creo que eres, resulta que no encajas en ninguna palabra. 
Tu voz acaricia mis propias palabras. Juegan y se acuestan para contarse a carcajadas lo que no se puede contar de ninguna otra manera. Ganas. Lo único que se me ocurre. Ganas de dejar de encasillarte. Ganas de no hablarte y solo mirarte en silencio. No puedo explicarte. No necesitas ser explicado. Te mando los besos que no puedo darte, los que quizá no quiera darte. pero que te doy a falta de otra cosa con la cual hacerte saber que me haces sentir lo que no se siente. 
Tu voz me acaricia y tus caricias me sientan bien. Me quitan el aliento y me regresan a la imagen de tu voz. Y como te darás cuenta, me fascina tu voz, me intriga, me da gusto; me llueve de tu presencia. Así como gotas que tienen cada una su trayecto pero caen y se engloban como una, como una lluvia que moja. Tu voz me llueve de tu boca, de tus mejillas enrojecidas. 
Me aterra no poder verte como una sola cosa, como un solo ser. me confunde saberte tan disperso, tan tu, tan ajeno. Tan ganas. Sin beso, sin palabras. Solo ganas. 

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