domingo, 16 de abril de 2023

Hoy.

Corrí otra vez. 

Escapé de este refugio. 

Refugio que yo misma acondicioné.

Monté guardia y fue impossible sacarle la vuelta, sin realmente mirarme. 

¿Quién había sido antes de aquí? 

¿Quién colocó cada peldaño para subir hasta aquí? 


Corrí tantas veces, que el espacio se hacía cada vez más infinito

Sí, aunque se me mire con desaprobación por extender una instancia ya infinitamente extendida; 

Afirmo, que aquí, lo eterno tenía una cualidad más allá de lo eterno. 

Y mi ayer, se fundía con el mañana

Y el hoy, se desvanecía al pensar,

Constante, 

En los mañanas.

Llenos de fe y esperanza. 

Si se les combina con los ayeres, ganan más luz y se vuelven en el más puro de los ideales. 


¿Y qué es el hombre sin sus ideales? 


¿Quién pues, colocó los peldaños de este refugio? 


Quizá el hombre que vive dentro de mi alma bohemia, gitana. 

Que se preocupa por ganarle terreno a la esperanza. 

De concretar lo que en otros sueños se puede sentir con la punto de los dedos, 

pero no se logra alcanzar. 


Aquí, no hay un hoy. 

Y al alma, es lo que le hace falta.

Sentirse presente aquí

Con el sol sobre la cara 

O acostado bajo un cielo de soles lejanos. 

Cada uno protagonizando el manto oscuro de ayeres 

E infinitos mañanas. 


Correr del mañana, hacer un hogar en el hoy.

Y quizá llevarse un poco,

Poquito, 

Del hombre y sus ideales, a casa. 


Dicen, que la esperanza es lo último que muere 

Pero para vivir, hace falta construirle una casa. 

jueves, 9 de marzo de 2023

La tregua.

 Hace mucho que no me acariciaba con tal delicadeza la melancolía. 
Que sus sueños no me enredaban
Y yo, haciendo lo imposible por recordar su voz por la mañana. 
Despertando envuelta entre sus ganas
Coercionada por la dulzura con la que se asoma por mis ventanas.
Prefiero dejarla entrar como el sol a la hora dorada
Que se ponga suave, lenta, como la tarde. 
Y me cuente sus pesares para hacerle guardia al insomnio que llega e invade.

Hace mucho que no me entraban estas ganas. 
Que no me sentía llena de esta paz al pasar de la noche hacia la mañana. 
Hace tanto que el insomnio no se traducía a palabras. 
Que era menos, mucho menos que una tiritante pantalla. 

Quisiera decir que me siento plena, 
Que quizá he llegado a la cúspide de lo que es ser mujer, amante, madre, hermana.
Pero sería mentirme por querer sacarle filo a esta confesión suave.
Lo cierto es que me he descubierto entera. 
Convencida que mi estado es, melancolía
Y que por fin he sacudido el deseo de ser un arcoíris entre cielos grises.
Qué he decorado mi cama de tonos grises
Que he hecho de mis uñas, baúles de polvo.
Rasgando los mantos cósmicos hasta llegar a la orilla de esta suave melancolía
Que me acaricia como si lo hubiera soñado 
Como si no hubiera silencio entre cada sonido
Verso entre cada suspiro.
Hace mucho que no había en mí una tregua.
Quisiera decir que me siento plena.


martes, 3 de enero de 2023

Así se siente caer al inter de un diario.

Sigo pensando en él
Y se me llena el cuerpo de esta sensación angustiante
Se abre un vacío en mis adentro y solo puedo pensar en sus palabras
En su lengua acariciando la s de mi nombre
En mi mano sobre su pecho
Mis piernas sobre su cuello
Y su sonrisa preparándose a emprender el vuelo.

Me cuelgo de su cuello como enjambre. 
Aguardando el momento en que se marche
En que me pida no angustiarme

Sé que pienso demasiado
Que más vale cogernos de la mano
O seguir haciendo cartas sin destinatario
Y olvidar lo suave de su mano en mi mano

Cuánto me llenan las palabras
Cuánto me gusta su nombre entre mis labios


Convertidos en una palabra; ganas.

Quiero decirte que las hogueras alumbran mejor.
Que las palabras sinceras desarman la pluma de cualquier escritor.
Y que sin duda, hacer el amor es hacer del futuro un destino preciso 
Para yacer desnudos sobre una cama de deseos ardientes
Que se incineran al tacto
Y se consumen y vuelven a arder
Y traen la noche armada de valor, la que le ha hecho falta al día para extinguirse con esplendor.

Yo no cumplo con los textos sagrados, he rezado uno o dos padres nuestros.
Y más nada.
Me he consagrado a las palabras
Al alivio de pronunciarlas 
Al deseo de que se me suban por la garganta
Y aterricen con todas mis ganas.

Quiero susurrarte todo lo que se esconde detrás de estas ganas
Que mis palabras acaricien tus amores de fin de semana
Y al final regreses a escribirnos entre hojas sueltas a la orilla de nuestra cama
Quiero decirte que hay sinceridad en mis palabras
Que no hay precipicio más aterrador que el de tu beso a la orilla de mi espalda.

viernes, 23 de diciembre de 2022

Manto cósmico

Tengo miedo de correr de frente hacia otro abismo. 

De descubrirte a ti, perfecto. 

De saber que no hay algo más alucinante que alucinar el vacío, juntos

Y te juro que lo quiero 

Que te miro y se me caen los velos, se esfuman los pretextos

Pero te he visto aquí, de frente tantas veces

Con distintos rostros

Pero siempre el mismo cuerpo

Los mismos sueños


Me envuelvo entre tu manto

Me acobijas como tantas veces lo he soñado

Y me derrito si abres la puerta y me asomas hacia tu pasado 

Y me platicas de futuros, que se me antojan con un café y tus labios.


Tengo miedo

Muero de miedo

Y tú, te vas y vuelves a capricho

Tuyo o mío

Hay tantas vidas en esta vida

Tantos abismos

Tuyos o míos.


Dentro y fuera

Quiero creer que me lees aún.
Que allá, al otro lado del universo mis letras logran acompañarte en este camino cansado.
Y que mi brazo herido por fin sana. 
Que sale de este yeso simbólico y que por fin te escribo con ambas manos.
Sueño una y otra vez con el eco de tu voz
Y al despertar olvido cómo sonaba.
A la sombra de tu silencio me acuesto, de lado.
Y retomo el camino que recorría antes de que llegaras.
Antes de que te fueras.
Antes de ser más que mis noches. 
Cuando aún te fundías con mi voz durante el día. 
Y nos hacíamos cosquillas por los rincones de cada historia que dejamos a medias. 
Yo sí, te sigo leyendo. 
Saboreo tu recuerdo en cada idea que me incrustaste
En las caricias que en mí confiaste
Hay deseos que no se logran disipar
Y acá al otro lado del deseo, te acompaño en el duelo
De nuestras vidas, del anhelo de querer vivirlas un poco más enteros.

domingo, 30 de octubre de 2022

Cuentos

Probablemente me encuentres recitando nuestra historia

Corta.

Vanagloriando los momentos en que te tuve a solas

Es probable, también,

Que te mire a los ojos si te encuentro por las calles

Que me prenda de tu cuello.


Quizá me encuentres con las manos llenas de letras

Con un susurro que se convierte en canto

O simplemente convertida en cuento

Sin poder unir los labios


 Y si es así

Si has logrado ver mis palabras hechas llanto

Escurridas entre tinta, bailoteandome en el rostro

Si has trascendido hacia lo etéreo 

Si tus manos ya no encienden mi cuerpo

Y te leo hecho menos que un deseo

Mucho más que un capricho


Si aún te leo

Y yo, aquí,

Te escribo

Habrás cumplido el ser mío. 


Aunque te quede corta esa palabra

Y te conviertas en musa de otras

Y te acaricien como jamás yo lo logré

Y te hagan dios

Y verbo.


Aquí me encontrarías aún

Con tu nombre en mis labios

Tu seudónimo en la garganta

Y tu voz recorriendome la espalda.