Lloro.
Verás, es la forma de hacerte homenaje. La única.
Hoy lleno la hoja de preguntas que van dirigidas hacia tus circunstancias. Qué
más da lo que tú puedas contestarme desde tus “sentimientos” o desde tu
“razón”. Nada más claro que las
circunstancias que te hicieron ir hacia donde yo no pude, o no quise seguir.
martes, 28 de abril de 2015
martes, 7 de abril de 2015
... Ni uno más
Pensar en lo negativo del mundo, en la falta de libertad en el momento histórico en el que se profesa "mayor libertad" que hace 100, 300 años, me siento un ser alienado. Extranjero en este globo terrestre que no deja de girar. ¿Qué va de los miles de periodistas asesinados y enjuiciados por gritar verdades que lastiman el orgullo de los personajes más renombrados del medio? ¿Qué va de nosotros que dejamos que esto suceda, que creemos en los spots mediáticos que justifican el encarcelamiento de hackers, de periodistas, de estudiantes, de maestros, de campesinos; todos defensores de NUESTROS derechos. Mientras nosotros nos sentamos tras una computadora a escribir, como escribo ahora. A difundir y des-acentuar nuestro enojo sobre teclas desgastadas.
¿Te molesta? ¿Me molesta?
La percepción que tengo de la vida es indiferente a quien sea que logre leer estas páginas. Si merodeo entre el sinsentido de la vida con un placer mórbido, si aleteo entre la fe y la falta de, o si camino por la vida con la certeza de que estoy aquí "por alguna razón".
Ninguna es válida y sin embargo todas lo son. Todas han pasado por mi mente. Lo admito, soy una optimista irremediable que sabe que la vida es gris, que ella misma es gris, pero que desea con toda sus fuerzas que no sea así. Optimista, contradictoria... violo mis pensamientos con deseos utópicos. Violo mi juicio con fe. Y dejo caer sobre el mundo mis pestañas mojadas, cuando todo parece ir de bajada. Soy optimista, sentimental donde no existe ya el sentimiento, donde la fe no tiene cabida, donde ni yo misma la concibo. Mis actos son vanos, falsos, fingidos. Yo misma me sumo en un estado de indiferencia al saberme entre todo y parada sobre la nada; "cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío". La vida está y francamente creo que está de más cuestionar su realidad, su relevancia, su intención; la vida está. Y en cuanto está, estás, y en cuanto estás, estoy.
Ninguna es válida y sin embargo todas lo son. Todas han pasado por mi mente. Lo admito, soy una optimista irremediable que sabe que la vida es gris, que ella misma es gris, pero que desea con toda sus fuerzas que no sea así. Optimista, contradictoria... violo mis pensamientos con deseos utópicos. Violo mi juicio con fe. Y dejo caer sobre el mundo mis pestañas mojadas, cuando todo parece ir de bajada. Soy optimista, sentimental donde no existe ya el sentimiento, donde la fe no tiene cabida, donde ni yo misma la concibo. Mis actos son vanos, falsos, fingidos. Yo misma me sumo en un estado de indiferencia al saberme entre todo y parada sobre la nada; "cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío". La vida está y francamente creo que está de más cuestionar su realidad, su relevancia, su intención; la vida está. Y en cuanto está, estás, y en cuanto estás, estoy.
viernes, 27 de marzo de 2015
Y así...
Nunca me han complacido las respuestas caprichosas que le suelen dar a aquellos con preguntas que les queman la lengua.
Respuestas infértiles que solo agotan el pobre vocabulario que se tiene.
Que al igual, agotan la sed de verdades.
Estas se vuelven tímidas, seguras.
Pisos firmes sobre cual pisar, cuando no se tiene por dónde andar.
Cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío.
Respuestas infértiles que solo agotan el pobre vocabulario que se tiene.
Que al igual, agotan la sed de verdades.
Estas se vuelven tímidas, seguras.
Pisos firmes sobre cual pisar, cuando no se tiene por dónde andar.
Cuando se queda el terreno vacío de piso, cuando el terreno es el vacío.
lunes, 16 de marzo de 2015
Me aviento de frente al tiempo... pierdo... pero, para mi mala suerte, no muero.
Muero lento, más lento que nunca. Desde el día que vi que perdieron el brillo mis ojos desde el reflejo en los tuyos. No hay mucho que pueda decir, no sea que mis palabras escurran de entre mis labios como lluvia que va río abajo, sin propósito pero con cause. Hay palabras que no valen ser pronunciadas, otras en cambio arrebatan su honor a quien esté dispuesto a cuestionarles.
Tu amor me envuelve, me llena, me da luz y voz.
Y con tu presencia perdida de vista, con mi corazón entregado de regreso de donde lo dispuse a ser guardado, muero lento.
Tu amor me envuelve, me llena, me da luz y voz.
Y con tu presencia perdida de vista, con mi corazón entregado de regreso de donde lo dispuse a ser guardado, muero lento.
Partidas.
En cualquier otro momento habría escrito un millón de cosas maravillosas. Hoy escribo solamente las más maravillosas, a su lado. Hoy que se han ido, que se borran de a poco como pudiese borrarse cualquier cosa escrita sobre la arena.
Lloro.
Y sonrío también.
La noche, como las últimas noches se ha convertido en insomnio. Parecen lejanas las noches sumergidas entre su pecho, guardada del frío que existe en cualquier lugar que no sea aquí, ahí... entre su pecho.
Lloro.
Sin duda sonrío también.
Cuestiono la voz que sale de entre mis labios. Parece ajena. Y su voz, perfecta, se posa sobre mis recuerdos, paseándose por las preguntas que duelen y titubeando por las respuestas que nunca se lograron dar. Hay voces para cada recuerdo, cada beso, cada caminata, cada cena, cada momento de placer.
Lloro.
Y sonrío también.
Sin duda es una sonrisa muy grande, a la que le llueven las lágrimas que sienten la obligación de ir de su mano.
Lloro.
Y sonrío también.
La noche, como las últimas noches se ha convertido en insomnio. Parecen lejanas las noches sumergidas entre su pecho, guardada del frío que existe en cualquier lugar que no sea aquí, ahí... entre su pecho.
Lloro.
Sin duda sonrío también.
Cuestiono la voz que sale de entre mis labios. Parece ajena. Y su voz, perfecta, se posa sobre mis recuerdos, paseándose por las preguntas que duelen y titubeando por las respuestas que nunca se lograron dar. Hay voces para cada recuerdo, cada beso, cada caminata, cada cena, cada momento de placer.
Lloro.
Y sonrío también.
Sin duda es una sonrisa muy grande, a la que le llueven las lágrimas que sienten la obligación de ir de su mano.
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