sábado, 17 de enero de 2015

Princesa.

Hay preguntas que no precisan respuesta. Que ni siquiera la buscan. Que no van de la mano con certezas. Yo hoy me siento frente a ti, querida, con la hoja en blanco. Con el alma llena de recuerdos y con las preguntas desbordándose de entre las costuras que, mal remachadas, intentan contener los ánimos de las respuestas arrinconadas. Te pienso así como te recuerdo, de ojos tristes y de ánimos muy alegres, no puedo evitar que se llenen mis ojos de lágrimas. Recordarte. Así como te conocí. De ojos tristes y de ánimos alegres.

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