jueves, 8 de octubre de 2015

Chiquitirri

El tiempo ha muerto.
Para dar vida.
Para sembrar sabiduría.
Mi tiempo ha muerto, ha dejado de latir su corazón.
Han dejado de verme sus ojos, sus oídos sordos a mi llanto.
Ha muerto como morimos todos y ha dado paso al duelo.
Para dar ojos húmedos con los cuales observar la borrosa realidad.
Para reflexionar sobre los sueños, las expectativas de vida de cada cual.
Él; mi tiempo nuestro tiempo, se ha fundido con cada recuerdo, cada lenguetazo, cada "patita"...
Él; mi Kauitl ha muerto.

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