viernes, 27 de noviembre de 2015

 Arte de Raphael Kirchner.



Princesa.
De cuerpo inmaculado, nunca desnudo. Siempre adornado, siempre lujoso.
Su cuerpo blanco,
como flores débilmente rosadas,
es alumbrado por la presencia de la luna, virgen.
Asesina.
Cómplices diosa y princesa en una noche que dura sólo lo que debe durar.
Y la sangre corre por los pisos y el entusiasmo se escuda en palabras. Su voz se impregna entre su piel, desvistiéndole de cualquier otra pregunta. Una sola cruza su mente, una sola resuena tan fuerte como aquella voz.
Pues no es de sabios encontrar significado en todo lo que uno ve. Como las manchas de sangre sobre tela, que parecen tanto al rojo de aquellas rosas que adornaban la cabeza del tirano. O sería quizá al revés?
O sería quizá que la vida sin terror, sin perversión no sería.
O que Salomé sin pasión no sería mujer.
 

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