sábado, 14 de enero de 2017

No he logrado matarlo, ni en sueños.

Muere el dia.
La noche lo consume.
La noche.

Quiero regresar,
al día.
Hiela la noche.

Lo negro contrapuesto a lo brillante.
La obscuridad dudosa.
El miedo que antecede al viaje.

Nunca hemos estado listos.
La humanidad no ha sido capaz de dejarse consumir por la noche.
El fuego,
es respuesta a nuestros miedos.
Creado para dar la falsa sensación de claridad.

Extranjeros eternos en las tierras que hemos proclamado como nuestras.
Por las que caminamos con pasos temblorosos.
Con miedos que no logramos confesar.
le hacemos trampa
le damos la vuelta a lo agobiante de la obscuridad.

La noche
Hiela.
Lastima nuestro orgullo
de sabernos semidioses
Que no crean ni el día
ni la noche
Que no son ni lluvia,
ni rayo.
Que se encierran sólo en llanto
Que no vuelan tan alto
Tropezando con placeres que acobijan lo frío de la noche.

La noche
Hiela.
Infiernos creados para sobrevivir a lo blando del cielo.
A lo certero.
Infiernos de carne
de fuego
Hechos a medida
Tejidos para hacerle frente al miedo de la noche.

La noche
Hiela.
El infierno quema
El día
es para observarlos con desasosiego.
Con alma desgarrada
Con real claridad.

La noche
Hiela.
Y la alumbramos con llamas de fuego.
Llamas que disimulan
que imponen
pero no disuelven el miedo de la noche.
Hiela la noche.

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