domingo, 10 de julio de 2016

Yeah! Ah!

No existen palabras.
No hay manera de darte todo lo que me has dado. 
Le he contado a mi madre, 
ella misma nota lo interesante que noto en tí.
Hay conversaciones que he tenido con ella, 
que he tenido contigo.
Que he tenido conmigo, conmigo.
Hay veces en las que quisiese que fueses viento,
para poder darte pedacitos de mi alma,
entre suspiro y aleteo.
Parecería un hombre enamorado si te confieso que me encantas desde que te miré a los ojos.
Desde que tu mirada me habló como no pueden tus palabras.
Entre sueños que no se hacen nada.
Entre palabras que se mueren entre otras más,
agobiadas.
Entre dientes, suspiradas.
Ay!
Mi vida corre entre la nada.
Tu alma y la mía no tienen sintonía.
Te metiría si dijese que noto en ellas harmonía.
Eres caos.
Qué más da.
Qué más da que mueras por mi boca o la de otra más?
Es tu boca,
es tuya.
Y yo mía.
Ay de mí, 
que sueño con poder verte entre sábanas rojas.
Que te miro por la lupa con la que juré no ver al mundo nunca más.
Te miro, con cariño, ¿con qué más?

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