domingo, 25 de septiembre de 2016

Agua que corre, agua que tiene nombre.

Hoy ves en él felicidad.
Hoy despertaste entre una ráfaga de besos.
Dormida aún, con los ojos entre abiertos.
Pequeñas imágenes de su boca,
De sus cabellos entre tus dedos.
Sus labios y en ellos todos los escritos que te ha versado.
Lo miraste a los ojos, dulces ojos.
Y sonreíste, como sonríes en estos momentos.

Ves su cara
Reconoces eso que todos te dijeron inalcanzable.
Ves como sus ojos se iluminan cuando se cruzan con los tuyos.
Y respiras bajito en lo que su cuerpo encuentra el camino hacia el tuyo.
Ves en él la fuerza que creíste derrotada.
Ves en él la ternura que pensaste olvidada.
Y llueves.
Feliz.
Escurren gotas saladas por tu cara.
Acompañadas siempre por la miel de sus palabras.
No hay diferencia, sabes.
Entre llorar de felicidad y llorar de tristeza.
La lluvia es lluvia.
Moja, y sólo así da vida.

Hoy vas por la vida con su mano entre la tuya.
Entrelazadas como se entrelazan las vidas.
Hoy ves en su cara la definición del amor.
El amor, que es siempre el mismo.
Que hoy está escrito en su cara, en su cuerpo, en sus fotos, en su palabras.
Sus palabras de madrugada.

Le has amado esta madrugada.
Le has dicho al oído que has visto su cara.
Que en ella reconoces eso que todos dijeron inalcanzable.
No ha hecho falta decirlo textual.
Él lo sabe.

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