martes, 20 de diciembre de 2016

Ausencia.

Esta noche es como cualquier otra noche.
Mis pies están helados, pisé un charquito de agua y mis dedos se mojaron.
Intenté guardarlos bajo las cobijas para calentarlos,
No ha funcionado.
Esta noche es como cualquier noche.
Pero esta casa no es la mía.
Y Flavio me hace compañia mientras que todos piensan que yo he venido a hacerle compañia.
Me mira con ojos de ternura y se emociona cada que entro o salgo de la habitación.
Mañana ahora sí, será un buen día.
El insomnio debe dejar de llevar por alias tu nombre.
Debe disiparse.
Esta noche es como cualquier noche.
En la que no tengo el corazón en la mano.
En la que las canciones no me mueven hasta el llanto.
Y se repiten,
y se repiten,
y se repiten.
Esta noche debe ser como cualquier noche.
Pero no la es.
Esta noche dormiré con tu presencia sobre la almohada...
                                       ...otravez.
Tu último gesto.
Mi última mueca.
Esta noche definitivamente será como cualquier otra.
Ya estoy cansada.
Llevo la semana entera entre tus ojos y los míos.
Sin mucho que pensar, pero con tanto en la mente.
Estoy cansada y el sueño no logra alcanzarme.
Tu olvido no logra llegar a mi lado.
No hemos logrado compartir la mesa, mucho menos la cama.
Tu olvido se rehusa a ser solidario y quedarse a montar guardia.
He encontrado la última carta.
En mi cartera, guardada, encontrando un momento más bonito para ser entregada.
Esta noche no será como cualquier otra.
Rondas infinito.
Te quedas por que no podría explicarme a dónde te has ido.

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